La culpa de las mamás


La culpa ha sido una herramienta muy útil en la sociedad para muchas cosas y se utiliza para muchos fines. En este post no me voy a poner intensa sobre cómo se usa para todo (literal todo) en la vida, para lograr que las personas hagan o dejen de hacer cosas. 

En lo que si me voy a intensear es en la culpa en la maternidad. De por si como mujeres ya crecimos con la culpa grabada en los huesos, porque desde niñas se nos enseña a sentirnos avergonzadas por muchas cosas - desde nuestra sexualidad hasta nuestros sueños- y entonces cuando alguien sale de nuestra vagina automáticamente tendremos algo más por lo cual sentirnos culpables. 

La cultura de culpa alrededor de la maternidad es algo REAL y nosotras mismas la legitimamos haciéndola parte de nuestro día a día. La hacemos real cuando criticamos a una mamá por que hace o no hace algo que "debería hacer" en el papel de madre ejemplar, cuando permitimos que los comentarios de los demás nos afecten y cuando nos ponemos estándares imposibles de cumplir en nuestro papel.

Cuando me convertí en mamá empecé a darme cuenta que constantemente me preocupaba por que no hacía "suficiente", como si hubiese una lista universal de actividades a cumplir como mamá, desde atenderlos en todo momento, hasta siempre sentirme feliz por hacerlo 24/7. 

Desde que sales del hospital te llueven consejos y recomendaciones : que si dar lactancia exclusiva, que si hacer colecho, que si dormir suficiente (aunque el bebé no duerma nunca), que si debes convertirte en ama de casa y mamá 24/7, que si debes seguir trabajando pero al mismo tiempo no abandonar a tu bebé, etcétera. 

Y entonces ahí estás, a los días de parida, sin dormir, con los pezones sangrando sintiéndote una basura por no poder hacer que el bebé duerma, por no poder hacer que agarre bien la chichi, por no poder lavar toda su ropa y dormir al mismo tiempo, por no poder atender a tus demás hijos o al esposo, por no tener ganas de recibir visitas, por no poder dejar de llorar sin razón o por no haberte bañado en 36 horas. 

Y llega tu mamá, tu suegra, tu hermana, tu prima, tu amiga dándote mil consejos - los cuales la mayoría del tiempo son con amor y bien intencionados- pero si eres como yo, estúpidamente deseas vivir a las expectativas de los demás y sobre todo de tu bebé. 

Estas en un momento tan vulnerable y receptivo que sientes que "debes" hacer todo porque es por el bien del bebé, que debes hacerlo bien a la primera y de buenas. 

Y la culpa no para... luego sientes culpa porque te vas a trabajar o porque te quedas en casa pero estás cansada y malhumorada todo el día. Culpa porque sientes que no tienes suficientes horas en el día para todo lo que quieres hacer y sobre todo lo que esperan de ti todos a tu alrededor. 

Muchas veces esta culpa y estas ganas de hacer todo lo que se supone que debemos hacer como madres nos aleja de nosotros mismas, nos despega de nuestros sueños y metas porque ¿cómo voy a poner mis intereses primero antes de los de mi familia? y dejamos de ver a las amigas, dejamos de enviar mensajes, dejamos de trabajar, dejamos de tener intimidad con nuestra pareja, dejamos de dormir, dejamos de comer lo que nos gusta, dejamos de tomarnos tiempo para nosotras todos los días porque sentimos que descuidamos a los demás. 

¿Sabes qué pasa cuando nos descuidamos nosotros? Nos deprimimos, nos agotamos, nos exaltamos más fácilmente, nos ponemos ansiosas, nos sentimos inadecuadas, nos sentimos no suficientes. 

Iniciemos hoy un trabajo para eliminar esta culpa de nuestras vidas y empecemos a cuidarnos poco a poco para reencontrarnos con nosotras mismas y por ende estar mejor emocionalmente y físicamente. 

Nuestra familia merece una mamá plena, que se ame a si misma, que reclame su vida y su espacio, que esté de mejor humor, que esté menos cansada y con más energía para jugar. 

Nosotros nos lo merecemos. 

Platícame, ¿tú que haces para cuidar de ti misma? ¿cómo conseguiste olvidarte de la culpa y empezaste a hacer cosas para ti? 

Gracias por leer

Daniella


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